Mónica Almeida, Ejidos, comunidades indígenas
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Ejidos, comunidades indígenas

También tenemos que tomar en cuenta a nuestras comunidades indígenas porque la marginación los deja cada vez más alejados del alcance a los servicios básicos necesarios para vivir una vida digna. Más de la mitad de las tierras de México se encuentran en posesión de ejidos y comunidades agrarias, en las que hay un porcentaje alto de representación indígena. Para tener un acercamiento mayor a la inclusión tenemos que prestar atención a las necesidades de estas formas de organización.

Los ejidos y las comunidades tienen un gran potencial productivo y también para la conservación de la biodiversidad: 80% de ellos tienen algún recurso natural que puede ser aprovechado productivamente, tres de cada cinco cuentan con pastizales, uno de cada cinco dispone de bosques, cuatro de cada diez tienen minas de materiales para construcción, en 900 núcleos agrarios existen depósitos minerales no metálicos, 605 ejidos y comunidades tienen tierras con acceso al mar, cerca de 1500 núcleos agrarios tienen potencial para la acuacultura y 324 para la pesca marina, y muchos de ellos cuentan con potencial para desarrollar actividades turísticas.

Según el Censo Ejidal del INEGI en 2007 había 1429 ejidos y comunidades por lo que la preocupación por el tema es obvio dada la evidente relación que estos tienen con nuestras comunidades indígenas.

Siempre he sido fiel a la idea de que la transformación que buscamos en el Distrito 18 parte de los principios de igualdad humana. El cambio vendrá para todos, sin discriminar. Pero al ser unos de los sectores más vulnerables, será congruente ver reflejado un cambio mayormente proporcional hacia con nuestras mujeres, adultos mayores, comunidades indígenas, jóvenes, niños y migrantes.

Durante estos últimos años me he adherido y he apoyado cada una de las propuestas relacionadas con estos temas en el congreso local. Tenemos un camino largo por recorrer, pero estoy feliz de saber que cada vez más personas se suman a estos nuevos proyectos que buscan acortar la brecha de desigualdad social.

Mi inspiración viene del acercamiento que he tenido hacia el estudio sobre movimientos que transforman a la sociedad, de ahí vino también mi interés por estudiar psicología, de comprender cómo las personas actuaban ante situaciones de cambio. Así formé mis principios, que son simples y universales: la igualdad humana, el respeto, y el valor de una vida digna. Principios a los cuales sigo fiel hasta hoy.

Somos lo que decidimos. Hoy #YoDecido ser la energía viva que transformará nuestro distrito.
¿Te unes?